TIRTA EMPUL

Una de las experiencias más auténticas que viví fue la purificación en el templo Tirta Empul en Bali. Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2012. Está situado en situado cerca de la ciudad de Tampaksiring. Nosotros fuimos mientras estábamos en Ubud, una distancia de 10 km que son unos 20 minutos en moto.

El complejo del templo es famoso por su agua sagrada del manantial, a la que los hindúes acuden a su purificación. Este manantial reparte el agua dulce de manera regular en el estanque y es lo que ellos consideran sagrado Pero, ¿porque? Las leyendas dicen que este templo fue realizado por Indra cuando atravesó la tierra para crear un muelle del elixir de la inmortalidad, que revivió sus fuerzas cuando fue envenenado por Mayadanawa. Así, se cree que las aguas del manantial tienen poderes mágicos curativos. Y este es el motivo por el que miles de balineses se acercan todos los años para hacer el ritual, y que muchos de los turistas nos aventuramos a hacerlo. Yo por ejemplo, no lo dudé ni un solo segundo.

La entrada al recinto del templo son 15.000 rupias, para que os hagáis una idea no llegaba ni a un euro. Siempre que queramos entrar al recinto, es necesario llevar un Sarong que cubra las piernas y tobillos. Si se te olvidan, suelen alquilarlo a la entrada (¡pero atención! este que os dan, no se puede mojar, es solamente para pasear por el templo). Además, en caso de tener el pelo largo hay recogerlo y las mujeres no pueden entrar mientras se encuentran menstruando.

Una vez dentro, podemos ver que el templo es bonito, y existe una zona restringida, únicamente a los fieles. Cuando llevas vistos unos cuántos, lo que más te interesa es la parte característica de este, que es el estanque con las 3 piscinas en las que hay unas fuentes. En la piscina principal son 12 de las que solo se pueden utilizar 10, ya que dos de ellas están reservadas para las ofrendas a los muertos y nadie debe pasar por ellas si no es para este cometido concreto.

Después, se continúa a las otras dos piscinas en las que hay otros chorros correspondientes. No entendimos muy bien la división, pero nos dijeron que en la última de ellas, el primer chorro era el más sagrado y dónde se podía pedir algo especial. El ritual consiste en hacerlos todos, desde le primer chorro hasta el último (saltándonos el antepenúltimo y el último), y haciendo estas acciones:
Primero, pedir permiso.
Segundo, lavarse la cara 3 veces.
Tercero, beber tres veces (también puedes enjuagar y escupir).
Y cuarto, meter la cabeza bajo el chorro.
Una vez hechas estás 4 cosas, podemos pasar a la siguiente fuente.

En hacer el recorrido se tarda alrededor de unos 15 minutos ¡Yo acabé tiritando de frío!

En las imágenes podéis ver que mucha gente lleva el sarong verde, y eso es porque hay una zona en la que se pueden alquilar estos para mojarlos. También puedes coger una taquilla para dejar tus pertenencias, ya que está prohibido dejarlas a los pies de la piscina. Sin duda, te permite disfrutar del recorrido y no estar pendiente de tus cosas. Una experiencia que si vas a Ubud no puedes dejar de hacer.

Os dejo algunas imágenes para terminar de convenceros y lo apuntéis en vuestra lista si vais a Bali 🙂