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En el taller de Lorenzo Caprile

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Me encantó volver a entrar en el taller de Lorenzo Caprile. Esta vez no iba a ninguna prueba de vestido de novia, recuerdo como si fuese ayer la emoción con la que iba a cada una de estas pruebas y veía como se construía el vestido de mis sueños. Esta vez volvió a haber boceto, risas con Lorenzo y grandes momentos vividos en el taller, pero se trataba de un acontecimiento diferente. Un brunch seguido de una visita personalizada con cuatro compañeros amigos. Una mañana única.

Si ya me había quedado claro hace un año que es un visionario y un gran creador, esta vez se multiplicó por mil. Supo captar lo que a cada uno de los presentes mejor nos sentaba en un abrir y cerrar de ojos. Bocetó trazos delicados y preciosos con una facilidad admirable, haciendo resaltar lo mejor de cada una y disimulando esos defectos que te aconseja de forma muy directa. Al fin y al cabo ese es el fin de Caprile, que una mujer se sienta, y sobre todo, que esté especialmente guapa dentro de uno de sus vestidos. Esto es una de las cosas que más me gustan de él, su sinceridad y transparencia a la hora de decir las cosas.

Disfrutamos de un riquísimo desayuno de la mano de La Nube Dulce; mini cupcakes de zanahoria, croissants, limonada y galletas con forma de corsé antes de empezar un recorrido entre ‘bambalinas’ por de su taller de la mano de Chiquín Figueroa, RRPP de Lorenzo y gran amiga. Pudimos conocer dónde y cómo se crean sus maravillosos vestidos realizados artesanalmente de principio a fin. No paramos de ver manos haciendo bailar agujas de arriba a abajo minuciosamente. Paillettes, cristales y bordados antiguos captaron nuestras miradas. Desde la base encorsetada del vestido, que podéis ver en esta foto;
hasta los incluso, 7 cancanes y encajes maravillosos que puede haber debajo de la falda de un vestido de novia. Sencillamente espectacular.
Después de soñar entre sus creaciones, nos esperaba la mejor de las sorpresas. Una mesa cargada de pasamanerías, botones, telas, lápices de colores, tijeras y plumas. Lorenzo nos regaló un boceto personalizado al que nosotras, con sus consejos, rematamos con los tejidos y complementos que mejor le encajaban. Nos los dedicó y enmarcó para que nos lo llevásemos a casa con nosotras, como el mejor de los recuerdos.Para mi, creó un vestido corto e impregnado de piedras y encajes en tonos salmón, naranjas y dorados sobre fondo de crepe de seda crema para mi entrega de Premios del próximo junio. Un vestido de fuertes convicciones, resaltando la silueta pero por encima de la rodilla para estilizar la figura.

También contamos con la presencia del equipo de Lomography, que nos presentó su nueva cámara Fisheye Baby 110 Basic. Tamaño pocket y 100% funcional perfecta para quedarte con los mejores recuerdos de tu boda. Dejas una mini Lomography en cada una de las mesas de tus invitados y ellos solo tienen que hacerse fotos. Cuando vuelves del viaje de novios y ves todas las imágenes que esconde cada cámara… ¡Es la mejor de las sorpresas!, y también, un recuerdo eterno…
Desde aquí, muchas gracias una vez más a Lorenzo y Chiquín, por regalarme experiencias inolvidables y por vuestro cariño.

 

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25 Comments

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  1. Enhorabuena por el post Paula!! Fantástico!!
    Entrar en el taller de Lorenzo es como entrar en un cuento de encajes, plumas, sedas, colores y pasión por el buen saber hacer de la mano de un maestro.
    Y Chiquín, absolutamente generosa y maravillosa!!

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